El Ministerio Público de Río de Janeiro ha presentado cargos contra cuatro hombres por su supuesta participación en el asesinato del policía João Pedro Marquini, de la Coordinación de Recursos Especiales (Core). Este trágico suceso tuvo lugar a finales de marzo, en un momento de gran tensión, cuando Marquini fue atacado delante de su esposa, la jueza Tula Corrêa de Mello, en la Serra da Grota Funda, Vargem Grande, al oeste de la ciudad.
Según las autoridades, Marquini no solo fue víctima de un latrocínio, sino que su esposa también estuvo en peligro durante el ataque. La denuncia indica que el crimen fue perpetrado con armas de alto calibre, específicamente fuzis calibre 5.56, y que la motivación detrás del ataque se relaciona con la necesidad de ocultar otros delitos cometidos en la región, en confrontaciones con milicianos locales.
Pero eso no es todo. Además de los cuatro acusados, otros 23 miembros de la misma organización criminal han sido denunciados por actividades de tráfico de drogas en la comunidad de Tabajaras, en Copacabana. La 4ª Promotoria de Justicia de Investigación Penal Especializada ha dado un fuerte golpe a esta red, que operaba con una jerarquía bien definida y un esquema de distribución que incluía el uso de fuzis y explosivos para mantener el control del territorio.
Las actividades del grupo delictivo han puesto en jaque la seguridad de los ciudadanos. Según el Ministerio Público, sus crímenes ocurrían en zonas cercanas a escuelas, hospitales y espacios recreativos. “Las acciones criminales ponen en riesgo a la población local”, señala un comunicado oficial. Este nivel de violencia y descontrol plantea preguntas inquietantes sobre la seguridad en las comunidades afectadas.
Entre los denunciados se encuentran individuos encargados de diversas funciones dentro de la organización: desde el abastecimiento y control de calidad de las drogas, hasta la contabilidad y logística para la entrega de estupefacientes. La estructura del grupo era compleja y su capacidad de operar en el submundo del crimen, alarmante.
Las autoridades no se detienen aquí. La 17ª Vara Criminal de la Capital ha emitido órdenes de arresto contra todos los implicados. En una operación llevada a cabo el 16 de octubre, la policía logró capturar a seis hombres, aunque uno de ellos murió en el enfrentamiento. Los mandatos fueron ejecutados por agentes de la Delegacia de Homicídios de la Capital y de la Core.
Las defensas de los acusados no han sido localizadas hasta el momento, lo que añade un aire de misterio y tensión a este caso. Las preguntas quedan en el aire: ¿cuáles serán las repercusiones de estas acusaciones? ¿Cómo responderá este grupo criminal a la creciente presión de las autoridades? Las investigaciones continúan y la comunidad espera respuestas.