Cristina Fernández de Kirchner ha solicitado cumplir su condena de seis años de prisión por corrupción bajo arresto domiciliario. La noticia surge un día después de que la Corte Suprema de Argentina respaldara su condena y la inhabilitación de ocupar cargos públicos. Su abogado, Carlos Beraldi, argumenta que se trata de una cuestión de derechos y equidad, dado que la ley permite esta posibilidad para personas mayores de 70 años.
La sentencia y su impacto
La Corte Suprema ratificó el fallo que condena a la ex mandataria por administración fraudulenta en la adjudicación de contratos de obras públicas en la provincia de Santa Cruz. Este veredicto ha provocado una ola de indignación entre sus seguidores, quienes consideran que se trata de una persecución política. La decisión judicial no solo afecta a Kirchner, sino que también genera un fuerte debate sobre la situación política en Argentina.
Protestas y manifestaciones
Las calles de Buenos Aires se han llenado de manifestantes que defienden a Kirchner. Miles de personas se congregaron frente a la sede de su partido, el Partido Justicialista, expresando su apoyo. Al mismo tiempo, estudiantes de la Universidad de Buenos Aires han ocupado facultades en solidaridad con la ex presidenta. Este clima de tensión se intensificó cuando algunos grupos bloquearon carreteras con neumáticos en llamas, exigiendo justicia.
Argumentos legales y perspectivas internacionales
El equipo legal de Kirchner ha elevado su caso a la Corte Penal Internacional, alegando que se trata de una víctima de una campaña de ‘lawfare’. Gregorio Dalbón, otro de sus abogados, se trasladó a La Haya para presentar la queja, subrayando que la situación de Kirchner es parte de un ataque sistemático contra la oposición al gobierno actual de Javier Milei.
Reacciones gubernamentales
El presidente Milei no tardó en reaccionar, celebrando el fallo de la Corte y tildándolo de justo. Por su parte, el ministro de Seguridad, Patricia Bullrich, defendió la integridad del proceso judicial, afirmando que este tipo de sentencias se basan en pruebas contundentes y un debido proceso. Sin embargo, el Partido Justicialista ha calificado la decisión como un acto político anti-democrático, advirtiendo sobre la gravedad institucional que ello representa.
La figura de Kirchner y su legado
Fernández de Kirchner, quien fue presidenta entre 2007 y 2015, ha sido una figura divisiva en la política argentina. Admirada por muchos en la izquierda, es también objeto de críticas feroces por parte de la derecha. Su caída ha suscitado un debate intenso sobre el futuro del peronismo y su legado en un país donde las tensiones políticas son palpables.
La voz de la oposición y el futuro incierto
El ambiente en Argentina es tenso. Las manifestaciones que rodean el caso de Kirchner son solo un reflejo de un país dividido. Mientras algunos la ven como un símbolo de resistencia frente a la austeridad del gobierno de Milei, otros celebran su caída. Este conflicto no muestra signos de resolverse pronto, dejando a muchos preguntándose sobre el futuro de la política argentina y el papel de Kirchner en ella.