El Tribunal Supremo de Argentina ha decidido mantener la condena de seis años de prisión contra la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner. La noticia ha desatado una ola de manifestaciones por parte de sus seguidores, quienes consideran injusta la decisión. Desde la mañana de este jueves, cientos de personas se congregaron frente al edificio de la Corte Suprema, expresando su indignación y apoyo a la líder política.
Decisión judicial y su impacto
La Corte, en un fallo reciente, desestimó la apelación presentada por Fernández de Kirchner, quien se enfrenta a la condena relacionada con la adjudicación de contratos de obras públicas durante su mandato. Este veredicto ha convertido su sentencia en definitiva, generando reacciones polarizadas en la sociedad argentina. Los partidarios de la ex presidenta no han tardado en expresar su descontento, acusando al sistema judicial de estar influenciado por intereses políticos en su contra.
Las protestas en las calles
Fuera de su apartamento en Buenos Aires, un grupo numeroso de simpatizantes ha mantenido vigilia. Con pancartas y cánticos, han mostrado su apoyo a la figura emblemática del kirchnerismo. «Vine porque sentí la necesidad de estar aquí, de apoyar a Cristina y hacer ruido», comentó Camila Pereyra, una estudiante de fotografía de 25 años. Su presencia es un testimonio de la lealtad que la ex presidenta ha cultivado a lo largo de los años, incluso en tiempos difíciles.
Divisiones en la opinión pública
La figura de Fernández de Kirchner es divisiva en Argentina. Mientras que sus seguidores claman por justicia y la acusan de ser víctima de una persecución política, otros ciudadanos piensan que debe cumplir su condena. «Ella tiene que ir a la cárcel», afirmó Ailen Lezcano, una empleada administrativa de 25 años, en una manifestación en el centro. Esta tensión refleja un país profundamente dividido, no solo por la figura de la ex presidenta, sino también por las políticas económicas del actual gobierno de Javier Milei, quien ha implementado medidas de austeridad severas.
El futuro incierto de la ex presidenta
Fernández de Kirchner, de 72 años, ha solicitado cumplir su condena en su hogar, una opción disponible para los mayores de 70 años. Sin embargo, el tiempo que pase en prisión o en arresto domiciliario podría ser solo el comienzo de un capítulo complicado para ella y para el kirchnerismo en general. A medida que la política argentina se intensifica, las preguntas sobre el futuro de su legado y del movimiento que representa quedan en el aire. ¿Está el kirchnerismo realmente en su ocaso, o aún tiene fuerza para luchar en esta nueva era política?