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El contexto actual de la Corte Suprema
La reciente decisión de la Corte Suprema de rechazar la licencia de Ariel Lijo como juez federal ha desencadenado una serie de reacciones en el ámbito político argentino. Este movimiento no solo refleja la tensión existente entre el kirchnerismo y otros sectores del gobierno, sino que también pone de manifiesto la lucha por el control de la justicia en el país.
Con el dictamen de Manuel García-Mansilla ya en circulación, el kirchnerismo busca acelerar el proceso para llevar ambos pliegos al recinto, a pesar de las diferencias internas en el bloque de Unión por la Patria.
Las estrategias del kirchnerismo
A pesar del silencio de Cristina Kirchner ante la designación de los postulantes, se ha instruido a los senadores para avanzar en una sesión que discuta ambas nominaciones. La estrategia parece clara: “Vamos a voltear los dos pliegos”, afirmó un referente de la bancada.
Sin embargo, el peronismo ha intentado abrir una negociación con el Gobierno, buscando incluir la postulación de una mujer para la Corte, pero la propuesta no prosperó. La urgencia del kirchnerismo por apurar los tiempos se hace evidente, especialmente con la asunción de García-Mansilla en comisión.
Desafíos en la obtención de apoyos
Para concretar el rechazo de ambos pliegos, Unión por la Patria necesita reunir 37 senadores para abrir la sesión y luego 25 votos en contra. Este proceso es crucial, ya que se asegura que ninguno de los dos tendrá el apoyo de los dos tercios necesarios.
Sin embargo, las diferencias internas en el bloque han generado dudas sobre la posibilidad de alcanzar esos números. A pesar de que algunos senadores estaban dispuestos a avalar el pliego de Lijo, el reciente decreto de Javier Milei ha cambiado las dinámicas, complicando aún más la situación.
La percepción de los senadores
La percepción entre los senadores es clara: “Lijo tiene 40 votos en contra y García-Mansilla más, unos 44 como mínimo. Es mucho”, afirmaron desde el despacho de un legislador. La mayoría de los senadores, incluso aquellos que inicialmente estaban a favor, sienten la presión de alinearse con la dirección del bloque. La situación se complica aún más con la posibilidad de que senadores de otros bloques se sumen a la iniciativa, lo que podría representar un fuerte golpe al Gobierno. La presidenta de la Comisión de Acuerdos, Guadalupe Tagliaferri, ha manifestado la necesidad de tratar ambos pliegos en el recinto, reafirmando la importancia de seguir los procedimientos constitucionales.