Un escenario alarmanteEn los últimos meses, la situación del suministro de agua en la zona sur de São Paulo se ha convertido en una verdadera pesadilla para los residentes. «El agua o llega sucia, o no llega», desahoga Josefina Cardoso, una residente de 65 años de Capão Redondo.
Desde enero, ella y muchos otros han enfrentado problemas graves con el agua suministrada por Sabesp, la compañía de saneamiento básico del estado. Las quejas incluyen agua con mal olor, coloración oscura e interrupciones prolongadas en el suministro, que ocurren frecuentemente al final de la tarde, regresando solo en la mañana siguiente.Investigación en cursoAnte la creciente insatisfacción de la población, el Ministerio Público de São Paulo decidió abrir una investigación para indagar sobre la calidad del agua suministrada por Sabesp.
La Fiscalía está analizando si hay sustancias tóxicas en los reservorios que abastecen la región, como las represas de Guarapiranga y Billings. Por su parte, Sabesp afirma que la calidad del agua es una prioridad y que realiza un monitoreo continuo en todas las etapas del proceso de captación y tratamiento.
Sin embargo, los relatos de agua sucia persisten, generando dudas sobre la veracidad de las afirmaciones de la empresa.Impacto en la vida de los residentesLos problemas de suministro tienen un impacto directo en la vida cotidiana de los residentes.
En Embu das Artes, por ejemplo, un condominio con más de 80 familias en el Jardín Júlia se ve obligado a comprar agua potable, compartiendo galones entre sí para evitar el consumo del agua que sale de los grifos. Anderson Silva, uno de los residentes, expresa su preocupación: «Las personas con hijos con discapacidad están pasando por esto.
Es desesperante». Esta situación no es solo un inconveniente; es una cuestión de salud pública que afecta la calidad de vida de miles de personas.Responsabilidades y solucionesEl Ministerio Público no está limitando su investigación solo a Sabesp. La Alcaldía de São Paulo y el gobierno estatal, a través de Cetesb, también están siendo cuestionados sobre sus responsabilidades en la supervisión de los reservorios. La presión sobre Sabesp aumenta, y la compañía podría enfrentar multas si no logra demostrar la calidad del servicio prestado. La situación exige una respuesta rápida y eficaz, ya que el agua es un recurso esencial y la población no puede seguir viviendo en condiciones tan precarias.