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Un año de crecimiento inesperado
La economía brasileña cerró 2024 con un crecimiento del 3,4%, superando las expectativas iniciales del mercado. Según datos del PIB (Producto Interno Bruto) publicados por el IBGE (Instituto Brasileño de Geografía y Estadística), este aumento se debe a una combinación de factores, incluyendo medidas de estímulo del gobierno y un mercado laboral en recuperación.
A pesar de que las proyecciones iniciales apuntaban a un crecimiento más modesto, la realidad ha demostrado que Brasil está en una trayectoria de recuperación económica.
Desafíos en el horizonte
A pesar de los resultados positivos, el camino hacia el crecimiento sostenible no está exento de obstáculos.
A partir del segundo semestre de 2024, el Banco Central de Brasil comenzó a aumentar la tasa básica de interés (Selic) para controlar la inflación, que se ha convertido en un tema candente. Con la Selic proyectada para cerrar el año en 15%, el costo del crédito se incrementa, lo que puede afectar el consumo y la inversión.
Este aumento en las tasas de interés busca enfriar la demanda, pero también puede tener efectos adversos en la economía, limitando el crecimiento del PIB.
Proyecciones para 2025
Las estimaciones para 2025 indican una desaceleración del crecimiento del PIB, con proyecciones que oscilan entre 2,01% y 2,3%.
Aunque el gobierno espera un crecimiento más optimista, la realidad del mercado sugiere que la economía podría enfrentar un enfriamiento. Sin embargo, la recuperación de la producción agrícola, que se espera que alcance niveles récord tras problemas climáticos en 2024, podría ofrecer un respiro a la economía.
La producción de granos es crucial para el PIB, y su aumento podría mitigar algunos de los efectos negativos de las altas tasas de interés.
Inflación y medidas del gobierno
La inflación, especialmente en los precios de los alimentos, ha sido un factor que ha afectado la percepción pública sobre la economía. Recientemente, el gobierno anunció la eliminación de aranceles de importación para productos esenciales como carne y aceite, en un intento por controlar los precios. Sin embargo, esta medida ha sido criticada por algunos sectores que consideran que no será suficiente para abordar el problema de fondo. La presión sobre los precios de los alimentos, exacerbada por el aumento de los costos de transporte, podría complicar aún más la situación económica.