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Un panorama preocupante para las finanzas estatales
En los últimos años, Brasil ha visto un aumento alarmante en los gastos de sus estados, lo que podría llevar a una nueva crisis fiscal. A medida que la atención de la sociedad se centra en el descontrol de las cuentas públicas federales, los gobiernos regionales también están elevando sus gastos de manera acelerada.
Este fenómeno es especialmente preocupante dado que las finanzas públicas ya están en una situación delicada.
El aumento de los gastos con personal
Según un reciente informe del Tesoro Nacional, 25 de los 27 estados han incrementado sus gastos en personal, con una tasa mediana del 7% por encima de la inflación.
Este aumento en los gastos de personal representa un 47,7% de la despesa primaria total, mientras que los inversiones apenas alcanzan el 8,1%. Este desequilibrio es insostenible y podría tener consecuencias graves para la economía regional.
Los límites de la Ley de Responsabilidad Fiscal
El informe también revela que 12 estados han superado el límite de alerta establecido por la Ley de Responsabilidad Fiscal, que fija un tope del 54% de la recaudación corriente líquida para los gastos en personal. Entre estos estados, destacan Rio Grande do Norte (67%), Sergipe (65,2%) y Minas Gerais (64,2%).
Si estos estados hubieran respetado los límites, se estima que habrían ahorrado R$ 23,7 mil millones, recursos que podrían haberse destinado a programas sociales y obras de infraestructura.
Las consecuencias de un gasto desmedido
El aumento de los gastos primarios totales alcanzó R$ 1,272 billones en 2023, un incremento del 6,2% respecto al año anterior.
Sin embargo, este aumento se ve contrarrestado por una disminución del 16,6% en las inversiones. Este escenario pone en riesgo la estabilidad económica del país, ya que los gobiernos parecen no tener restricciones significativas para gastar, lo que podría llevar a una desorganización presupuestaria a nivel federal.
Falta de liderazgo y diagnóstico
La falta de un diagnóstico claro y de liderazgo por parte del Ejecutivo federal agrava la situación. Sin una dirección adecuada, los estados continúan en un camino de gasto desmedido que podría resultar en una crisis fiscal de grandes proporciones. Es fundamental que se tomen medidas para controlar estos gastos y garantizar la estabilidad económica a largo plazo.