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Un día agitado en la Cámara de Diputados
Este miércoles, la Cámara de Diputados de Argentina se convirtió en el escenario de un escándalo que dejó a todos boquiabiertos. En un ambiente de tensión palpable, las diputadas Lilia Lemoine y María Celeste Ponce se enfrentaron a sus colegas Marcela Pagano y Rocío Bonacci, todas pertenecientes al partido La Libertad Avanza.
La situación escaló rápidamente, culminando en gritos, acusaciones y hasta un vaso de agua lanzado en medio de la trifulca. Este incidente no solo refleja la creciente tensión dentro del partido, sino también las luchas de poder que se están desarrollando en el contexto político actual.
Las acusaciones vuelan en redes sociales
Fuera del recinto, la pelea continuó en las redes sociales. Marcela Pagano no se contuvo y acusó a Ponce de apropiarse de fondos destinados a sus asesores. Este tipo de acusaciones, que van más allá de la política y tocan el tema de la corrupción, son un reflejo de la desconfianza que reina entre las diputadas.
Pagano, en un intento por defender su posición, afirmó que la verdadera corrupción es la que se lleva a cabo en la sombra, insinuando que Ponce y Lemoine están más alineadas con el kirchnerismo que con los principios libertarios que dicen defender.
La lucha por el poder dentro del partido
Este conflicto no es un hecho aislado. Desde que Javier Milei asumió la presidencia, las tensiones dentro de La Libertad Avanza han ido en aumento. Pagano, quien alguna vez fue cercana a Milei, ha visto cómo su influencia ha disminuido, mientras que Lemoine ha ganado terreno, convirtiéndose en una figura clave en el círculo cercano al presidente.
La disputa por el liderazgo y la dirección del partido se ha intensificado, y este enfrentamiento es solo un episodio más en una serie de conflictos que podrían tener repercusiones significativas en el futuro político de Argentina.