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El inicio del ciclo lectivo 2025 y la huelga docente
El ciclo lectivo 2025 en Buenos Aires comienza con un panorama complicado. Axel Kicillof, gobernador de la provincia, ha mantenido una relación relativamente estable con los sindicatos docentes durante su gestión.
Sin embargo, este año, la situación ha cambiado drásticamente. La “Lista Multicolor” del Suteba ha decidido convocar a una huelga, lo que ha llevado al gobierno provincial a tomar medidas drásticas, advirtiendo que los días no trabajados serán descontados de los salarios de los docentes que se sumen a la protesta.
Esta decisión marca un cambio significativo en la estrategia del gobierno, que hasta ahora había logrado abrir las escuelas sin conflictos. La advertencia de Kicillof es clara: “maestro que para, maestro que no cobra”. Esta postura ha generado un clima de tensión entre el gobierno y los docentes, quienes se sienten deslegitimados por la medida.
Las razones detrás de la huelga
La huelga convocada por la “Lista Multicolor” responde a una serie de demandas que incluyen un salario acorde a la canasta familiar y la recuperación del poder adquisitivo perdido en 2024. Los docentes exigen también la restitución de fondos recortados por el gobierno anterior y garantías en las prestaciones del IOMA, el sistema de salud para trabajadores de la educación.
El contexto político también juega un papel importante. La “Lista Multicolor”, vinculada al Frente de Izquierda y los Trabajadores, ha visto un aumento en su apoyo en los últimos años, aunque su capacidad de movilización sigue siendo limitada. En las elecciones del Suteba de mayo de 2022, lograron un 20% de los votos, pero solo triunfaron en algunas seccionales.
A pesar de esto, su llamado a la huelga ha resonado entre un sector de los docentes que se siente descontento con las condiciones laborales actuales.
Impacto en el sistema educativo
El sistema educativo argentino, que alberga a más de 5 millones de alumnos y cuenta con 310,000 educadores, se enfrenta a un desafío significativo. La huelga podría afectar el inicio de clases en jardines, primarias y primeros años de secundaria, lo que generaría un impacto en la educación de miles de estudiantes. A pesar de las advertencias del gobierno, se espera que algunos docentes se sumen a la protesta, lo que podría resultar en una baja adhesión, pero aún así significativa.
El gobierno ha intentado disuadir la huelga, pero la respuesta de los docentes podría ser un indicador de la salud del movimiento sindical en la educación. Con el inicio de clases programado para el 5 de marzo en varias provincias, la situación se torna crítica. La Confederación de Trabajadores de la Educación de la República Argentina (CTERA) también ha anunciado una jornada de protesta para el 13 de marzo, lo que podría intensificar las tensiones en el sector educativo.