A medida que la comunidad global se prepara para la COP30, la conferencia climática de las Naciones Unidas, la presencia de naciones que adoptan una postura de negación frente al cambio climático, como las administraciones de Argentina y Estados Unidos, plantea desafíos únicos. Sin embargo, es fundamental reconocer que estas naciones estarán representadas a través de diversas entidades subnacionales, incluyendo gobiernos locales y organizaciones de la sociedad civil.
Marina Silva, ministra de Medio Ambiente de Brasil, destacó que a pesar de estas políticas nacionales, los líderes locales están comprometidos a avanzar en las discusiones sobre la acción climática. Recientemente, Brasil estableció un acuerdo con California para la transición energética, subrayando que la colaboración puede persistir incluso en medio de la resistencia federal.
Representación subnacional en la COP30
En la próxima conferencia, programada del 10 al 21 de noviembre en Belém, Pará, un total de 162 delegaciones ya se han registrado, lo que indica un sólido interés en el evento. La elección del lugar ha generado debate, ya que algunas naciones han instado al gobierno brasileño a considerar ubicaciones alternativas debido a los exorbitantes costos de alojamiento, aunque la decisión se mantiene sin cambios.
André Corrêa do Lago, presidente de la COP30, expresó su decepción por el limitado número de países que han presentado sus Contribuciones Nacionalmente Determinadas (NDCs), que delinean los compromisos de cada país para reducir las emisiones de carbono. Enfatizó que la participación de las principales economías, especialmente las del G20, es crucial para lograr avances significativos en las negociaciones climáticas.
El impacto de las políticas nacionales en los compromisos globales
A pesar de que Estados Unidos se retiró del Acuerdo de París, un marco climático global significativo, solo un país más ha seguido su ejemplo, según Corrêa do Lago. Comentó que la ausencia de salidas generalizadas del acuerdo refleja un panorama complejo donde los compromisos locales pueden contrarrestar las políticas nacionales. Los cuatro mayores emisores—Estados Unidos, China, India y la Unión Europea—deben participar activamente en estas discusiones para una acción climática efectiva.
Si bien Estados Unidos había anunciado previamente su NDC bajo la presidencia de Biden, sigue siendo incierto si este compromiso se mantendrá bajo una posible administración de Trump. En contraste, China ha dejado claras sus intenciones al presentar su NDC, mientras que India y la Unión Europea aún no han presentado las suyas.
Desafíos para alcanzar los objetivos climáticos
Las NDCs desempeñan una función vital, ya que informan los informes de la ONU que proyectan posibles aumentos de temperatura global basados en las reducciones de emisiones anticipadas. Sin embargo, Maurício Lyrio, embajador brasileño para el Clima en el Ministerio de Relaciones Exteriores, señaló que la baja tasa de cumplimiento—solo 56 países presentaron sus NDCs a tiempo—complica la eficacia de estos informes, a menudo conduciendo a conclusiones alarmantes.
Una de las responsabilidades significativas de Brasil en la COP30 será colaborar con Azerbaiyán para desarrollar una hoja de ruta estratégica que identifique cómo el mundo puede movilizar US$ 1.3 billones para financiamiento climático. Lyrio puntualizó que históricamente, los países más ricos han fallado en cumplir con sus obligaciones financieras, lo que complica aún más los esfuerzos climáticos globales.
Transición a fuentes de energía renovable
La ministra Marina Silva reiteró la necesidad crítica de que los países se orienten hacia fuentes de energía renovable y se alejen de los combustibles fósiles. Actualmente, aproximadamente 75% de las emisiones globales provienen de la combustión de carbón, gas natural y petróleo. Silva enfatizó que Brasil, que principalmente experimenta emisiones de CO2 por deforestación, ha demostrado que es posible implementar políticas climáticas efectivas sin obstaculizar el crecimiento económico.
Las políticas ambientales proactivas de Brasil han abierto nuevos mercados de exportación, especialmente con naciones como Japón y China, y han facilitado acuerdos de cooperación entre Mercosur y la Unión Europea. Silva destacó una reducción significativa en la deforestación, con una disminución del 46% en la Amazonía y una reducción del 36% a nivel nacional, mientras que el sector agrícola creció un 15% y el ingreso per cápita aumentó un 11%.
Marina Silva, ministra de Medio Ambiente de Brasil, destacó que a pesar de estas políticas nacionales, los líderes locales están comprometidos a avanzar en las discusiones sobre la acción climática. Recientemente, Brasil estableció un acuerdo con California para la transición energética, subrayando que la colaboración puede persistir incluso en medio de la resistencia federal.0