Compartiendo historias de recuperación en la era digital

En los últimos años, plataformas de redes sociales como TikTok han adquirido un papel crucial en la difusión de narrativas personales, especialmente en lo que respecta a la recuperación de adicciones. Los individuos están utilizando estos espacios no solo para documentar sus luchas, sino también para ofrecer esperanza y apoyo a otros que enfrentan desafíos similares. La historia de Lucas Henrique dos Santos da Silva, un joven de 26 años de Paraná, ejemplifica esta tendencia, ya que comparte su camino para superar el abuso de sustancias a través de videos atractivos.

Lucas, quien se identifica como el Chico de la Adicción en línea, ha recurrido a la literatura como una forma de afrontar su proceso de recuperación, sustituyendo sus antiguos hábitos de consumo de drogas por una pasión por la lectura. Desde que inició su viaje hacia la sobriedad en febrero, ha leído 21 libros, demostrando que el crecimiento personal puede surgir de comportamientos destructivos pasados. “Antes, gastaba mi dinero en sustancias que me perjudicaban. Ahora, lo invierto en mi desarrollo,” reflexiona.

Conectando a través de experiencias compartidas

El auge de las redes sociales ha permitido a muchos adictos en recuperación compartir sus experiencias personales con la esperanza de inspirar a otros. Lucas no está solo; Tereza Leite, una mujer de 40 años de São Paulo, también narra su historia como Tereza la Asesora en TikTok. Tereza, quien lleva casi seis años limpia, comenzó su camino tras reconocer su vulnerabilidad a la adicción durante su primer encuentro con la cocaína a los 17 años. Actualmente estudia psicología y brinda apoyo en línea a personas que luchan contra la adicción.

Apoyo comunitario y recursos en línea

Según Tereza, quienes han enfrentado adicciones suelen mostrar rasgos similares. Sus observaciones la han llevado a creer que las estrategias que funcionaron para ella pueden beneficiar a otros que batallan con la adicción. La comunidad académica ha comenzado a prestar atención a este fenómeno. William Araujo Rosa, un antropólogo, exploró recientemente cómo TikTok se ha convertido en un foro para discutir el uso de sustancias y la salud mental en su tesis de maestría en la Universidad Federal de Santa Catarina. Observó que compartir historias personales de recuperación puede hacer que la información sea más accesible, ayudando a reducir el estigma que rodea a la adicción.

A pesar de los aspectos positivos de las redes sociales, Rosa advierte sobre los peligros de simplificar los viajes de recuperación. Al enmarcar narrativas personales de una manera que sugiere que la recuperación es únicamente una cuestión de fuerza de voluntad, se pueden reforzar estereotipos dañinos y pasar por alto la naturaleza multifacética de la adicción.

Equilibrando el apoyo en línea y fuera de línea

Felix Kessler, jefe del Servicio de Psiquiatría de Adicciones y Forense en el Hospital de Clínicas de Porto Alegre, enfatiza la importancia del apoyo comunitario en el proceso de recuperación. Señala que las redes sociales pueden complementar los sistemas de apoyo tradicionales, como la familia, grupos de terapia y ayuda profesional, especialmente para quienes viven en áreas con acceso limitado a tratamientos o para aquellos que desean anonimato en las primeras etapas de su recuperación.

Alexandre, un miembro de 45 años de Narcóticos Anónimos, asiste a reuniones desde hace dos décadas. Encuentra consuelo tanto en las interacciones cara a cara como en el contenido en línea sobre recuperación de adicciones. Sin embargo, cree firmemente que la profundidad de conexión que se encuentra en las reuniones presenciales no puede ser igualada por el apoyo virtual, que a menudo carece de la calidez emocional necesaria para una sanación efectiva.

Estadísticas sobre adicción en Brasil

Estudios recientes revelan la alarmante prevalencia de la adicción en Brasil. La Tercera Encuesta Nacional sobre Alcohol y Drogas indica que aproximadamente 1.2 millones de brasileños de 14 años o más luchan contra la adicción a la cocaína y/o crack. De estas personas, solo una fracción—aproximadamente el 11.7%—ha buscado tratamiento especializado, destacando una significativa brecha en los recursos necesarios.

Kessler también señala que las narrativas simplificadas a menudo retratadas en videos de redes sociales pueden engañar a los espectadores. Advierte que tales representaciones pueden sugerir que la resolución personal es suficiente para superar la adicción, lo cual desatiende la compleja interacción de factores biológicos, psicológicos y sociales involucrados en la recuperación. Un tratamiento integral generalmente requiere una combinación de apoyo familiar, terapia a largo plazo y, a menudo, medicación—enfoques que tanto Lucas como Tereza han integrado en sus caminos de recuperación.

Esperanza a través de historias compartidas

Tanto Lucas como Tereza han recibido numerosos mensajes de apoyo, con muchos espectadores expresando que sus historias les han inspirado a buscar la recuperación. Los seguidores de Lucas frecuentemente le envían libros como muestras de aliento, mientras que Tereza ha asumido un papel como asesora terapéutica en la clínica donde una vez buscó tratamiento.

Lucas, quien se identifica como el Chico de la Adicción en línea, ha recurrido a la literatura como una forma de afrontar su proceso de recuperación, sustituyendo sus antiguos hábitos de consumo de drogas por una pasión por la lectura. Desde que inició su viaje hacia la sobriedad en febrero, ha leído 21 libros, demostrando que el crecimiento personal puede surgir de comportamientos destructivos pasados. “Antes, gastaba mi dinero en sustancias que me perjudicaban. Ahora, lo invierto en mi desarrollo,” reflexiona.0