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Un regreso a la normalidad
Han pasado cinco años desde que la Organización Mundial de la Salud declaró la pandemia de Covid-19, y la vida en China ha cambiado de maneras inesperadas. En las calles de Pekín, la gente disfruta de actividades al aire libre como pescar, nadar y andar en bicicleta a lo largo del río Liangma.
Este cambio de ambiente contrasta con los días oscuros de restricciones severas y protestas que marcaron la lucha contra el virus. La sensación de libertad parece haber regresado, pero las cicatrices de la pandemia aún son visibles en la sociedad.
Impacto en la salud y la educación
Los cambios en el sistema educativo son notables. Manty Li, madre de una niña de 11 años, menciona que las escuelas ahora priorizan la salud de los estudiantes, implementando más actividades al aire libre y educación física diaria.
Este enfoque renovado busca no solo mejorar la salud física, sino también el bienestar emocional de los niños, que han enfrentado años de incertidumbre. Sin embargo, la pandemia también dejó un legado de restaurantes cerrados y un mercado laboral más competitivo, donde los jóvenes luchan por encontrar empleos bien remunerados.
Transformaciones en el consumo
La pandemia ha cambiado radicalmente los hábitos de consumo en China. Marilyn Zhao, madre de dos adolescentes, ha adoptado una nueva rutina: cocinar más en casa y evitar las tiendas físicas. La experiencia de comprar en línea se ha vuelto más común, con la entrega gratuita convirtiéndose en un estándar.
Este cambio no solo ha beneficiado a los consumidores, sino que también ha dado lugar a un nuevo tipo de empleo: los vendedores en línea que interactúan en tiempo real con los clientes. Este fenómeno ha transformado la forma en que los chinos realizan sus compras, haciendo que la experiencia sea más accesible y conveniente.
El regreso del entretenimiento
A pesar de los cambios en el consumo cotidiano, el entretenimiento fuera de casa ha resurgido con fuerza. La película de animación «Ne Zha 2» ha logrado convertirse en la sexta película más taquillera de la historia, evidenciando un deseo colectivo de disfrutar de experiencias compartidas. Este retorno a la vida social refleja un anhelo por la normalidad y la conexión humana, elementos que fueron severamente restringidos durante los años de Covid Zero.
Recuerdos de la pandemia
Aunque la vida parece haber vuelto a la normalidad, los recuerdos de la pandemia persisten. Muchos, como el profesor que prefirió permanecer en el anonimato, comparten historias de encierros prolongados y la angustia de no poder salir. La experiencia de vivir en un estado constante de alerta ha dejado una huella en la psique colectiva. Sin embargo, a medida que las restricciones se levantaron y la vida continuó, las personas comenzaron a aceptar el virus como parte de la vida cotidiana, comparándolo con una gripe común.