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La llegada de Alfred a Queensland
Este domingo, el estado de Queensland, en Australia, se vio severamente afectado por el ciclón tropical Alfred, que, tras ser degradado, trajo consigo vientos intensos y lluvias torrenciales. Más de 316,540 personas se quedaron sin electricidad, siendo Gold Coast la ciudad más perjudicada, con más de 112,000 hogares sin energía.
La compañía de energía Energex confirmó la magnitud de la crisis en un comunicado oficial.
Preparativos y advertencias
Alfred llegó a la costa de Queensland el sábado como una «depresión tropical» después de haber sido un ciclón durante 16 días.
La población se preparó para lo peor, con millones de residentes en alerta ante la inminente tormenta. A pesar de la gravedad de la situación, la capital del estado, Brisbane, logró esquivar el impacto más fuerte, aunque las advertencias de inundaciones y vientos destructivos continuaron.
La respuesta del gobierno y la comunidad
El primer ministro Anthony Albanese declaró que la situación en Queensland y el norte de Nueva Gales del Sur era «muy seria» debido a las inundaciones repentinas y los vientos fuertes. Las lluvias intensas y las ráfagas de viento de hasta 90 km/h estaban pronosticadas para los próximos días.
El Departamento de Meteorología advirtió sobre el potencial de inundaciones repentinas, especialmente en Brisbane y otras ciudades regionales como Ipswich y Sunshine Coast.
Impacto en la infraestructura y la vida cotidiana
A pesar de que el aeropuerto de Brisbane reabrió, las condiciones climáticas seguían afectando la programación de vuelos.
Además, el gobierno estatal se encontraba evaluando si reabrir cerca de 1,000 escuelas que habían cerrado debido al mal tiempo. El primer ministro estatal, David Crisafulli, aseguró que las escuelas reabrirían cuando fuera seguro, aunque Gold Coast enfrentaba daños significativos y problemas de transporte.
La resiliencia de la comunidad
En medio de la devastación, el espíritu comunitario y la determinación de los residentes de Queensland se mantuvieron firmes. Sin embargo, la tragedia también dejó su huella, con la muerte de un hombre en una inundación en Nueva Gales del Sur y varios oficiales heridos en un accidente mientras ayudaban a los afectados. La comunidad se unió para enfrentar la adversidad, mostrando una vez más la fuerza y la solidaridad que caracteriza a los australianos en tiempos de crisis.
