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Un pionero en el periodismo
Carlos Gabetta, nacido en Rosario en 1943, fue un periodista que dejó una huella indeleble en el panorama mediático argentino. Su carrera comenzó en 1962, cuando escribió su primer editorial para el diario Crónica, marcando el inicio de un viaje que lo llevaría a convertirse en una figura clave del periodismo.
Desde sus inicios, Gabetta combinó su pasión por la escritura con un profundo compromiso social, influenciado por su entorno familiar y político. Su padre, un trabajador gráfico y concejal, le inculcó el amor por la lectura y la importancia de la participación cívica.
Compromiso y resistencia
La vida de Gabetta estuvo marcada por la militancia política y el exilio. Durante la dictadura militar en Argentina, su compromiso con la verdad lo llevó a denunciar las violaciones a los derechos humanos desde el extranjero.
En París, junto a otros exiliados, fundó el periódico Sin Censura, que se convirtió en un faro de esperanza para aquellos que luchaban contra la opresión. Gabetta no solo fue un cronista de la realidad, sino un activista que utilizó su pluma como arma para combatir la injusticia.
Su experiencia en el exilio le permitió entender la importancia de la libertad de expresión y el papel del periodismo en la construcción de una sociedad más justa.
Un legado perdurable
Tras regresar a Argentina, Gabetta continuó su labor en medios emblemáticos de los años 80, como la revista Humor y el semanario El Periodista.
Su enfoque innovador y su capacidad para conectar con el público joven lo convirtieron en un referente del periodismo contemporáneo. A lo largo de su carrera, escribió numerosos libros y artículos que abordaron temas cruciales de la realidad argentina, desde la violencia política hasta la crisis económica. Su visión crítica y su compromiso con la verdad lo llevaron a ser un referente no solo en Argentina, sino en toda América Latina.
Reflexiones sobre el periodismo actual
En sus últimos años, Gabetta se mostró preocupado por el auge de las fake news y la desinformación en la era digital. Creía firmemente que el periodismo debía adaptarse a los nuevos tiempos, pero sin perder su esencia: la búsqueda de la verdad. Para él, el periodismo bien hecho era un equilibrio de poderes, una herramienta fundamental para la democracia. Su legado perdura en cada periodista que lucha por informar con integridad y compromiso social.