La cadena de televisión Telecinco ha decidido cancelar GH. La vida en directo, un programa creado para ofrecer un seguimiento diario del popular reality show Gran Hermano. Esta emisión, que se transmitió por última vez el jueves pasado, apenas logró mantenerse en el aire durante cuatro días, lo que pone de relieve un claro desinterés del público hacia esta propuesta.
Desde su debut el 10 de noviembre, GH. La vida en directo comenzó con un inicio titubeante, registrando un 5,8% de cuota de pantalla y alrededor de 607.000 espectadores. A medida que pasaron los días, las cifras siguieron en descenso, alcanzando un preocupante 4,9% y 512.000 televidentes en su tercer día. El conocido Jorge Javier Vázquez estuvo al frente durante los primeros días, pero se realizó un cambio a Nagore Robles para el último episodio.
Impacto en la programación y audiencias
El efecto negativo de GH. La vida en directo no solo afectó a su propia audiencia; también impactó en el informativo nocturno que le seguía. Este espacio, presentado por Carlos Franganillo y Ángeles Blanco, vio caer su cuota de pantalla casi un punto, equivalente a perder cerca de 100.000 espectadores en comparación con la semana anterior. En el último miércoles antes de la cancelación, el noticiero alcanzó solo un 6,4% de cuota con 760.000 televidentes, muy por debajo del 7,2% y 858.000 que había logrado la semana anterior.
Una reorganización urgente de la programación
Con la cancelación de GH. La vida en directo, Telecinco ha decidido reorganizar su parrilla. A partir del viernes, los programas volverán a sus horarios originales. El tiempo justo recuperará el tiempo de emisión que había perdido, seguido por El programa de Jorge a las 18:30 y Agárrate al sillón a las 20:00, justo antes del noticiero. Esta decisión busca mejorar la audiencia en una franja horaria que ha enfrentado dificultades recientes.
El programa GH. La vida en directo había sido concebido para emitirse de lunes a viernes a las 20:25, ofreciendo a los espectadores una mirada cercana a la vida de los concursantes en la casa de Gran Hermano. La idea era incluir conexiones en directo y nuevas dinámicas que interactuaran con los participantes. Sin embargo, esta propuesta no logró resonar con la audiencia.
Nagore Robles toma las riendas
La situación se complicó aún más cuando Nagore Robles fue confirmada como la nueva presentadora del espacio en un cambio de última hora, asumiendo el rol que originalmente pertenecía a Jorge Javier Vázquez. Este giro se tomó apenas un día antes de emitir el último episodio, reflejando la urgencia por revertir la tendencia descendente en la audiencia. Aunque se esperaba que Vázquez continuara, la cadena optó por una estrategia diferente ante los resultados desalentadores.
Desafíos para la nueva edición de Gran Hermano
Con una primera gala que había logrado captar la atención con un 15,8% de cuota y cerca de 889.000 espectadores, las expectativas para la continuidad del formato eran altas. Sin embargo, la falta de un seguimiento diario exitoso ha llevado a cuestionar la viabilidad de esta edición de Gran Hermano. Este ciclo, que cuenta con solo dos galas a la semana, se enfrenta a la competencia de otros formatos populares como La que se avecina.
Telecinco está en un punto de inflexión y debe decidir si buscará una nueva estrategia para atraer a los espectadores o si abandonará este enfoque por completo. La cancelación de GH. La vida en directo pone de manifiesto la presión constante en el mundo de la televisión por mantener el interés del público, un objetivo que, en este caso, ha resultado esquivo.



