Una camarera de Texas llevaba años atendiendo al mismo veterano «gruñón», pero después de 16 años en el trabajo supo cómo manejarlo. Sus habilidades y su profesionalismo en el trabajo, acabaron por convertirla en la única camarera preparada para atender al cliente quejoso cada semana.
Camarera lidia con cliente ‘gruñón’ durante años y recibe un sorprendente mensaje
Melina Salazar llevaba más de 16 años trabajando en Luby’s, en Brownsville (Texas), y trataba habitualmente con el cliente Walter «Buck» Swords.
Como camarera experimentada, hacía todo lo posible para manejar sus constantes quejas y exigencias, pero no siempre era fácil.
«Quería la comida muy caliente, no importaba si se quemaba», recuerda Melina del veterano de la Segunda Guerra Mundial.
Día tras día y año tras año, Melina hizo todo lo posible para cumplir con todas las exigencias de Buck, que eran muchas. Era la viva imagen del profesionalismo al tratar con sus hábitos quisquillosos, sus muchas quejas y su mala actitud en general.
Pero un día su cliente habitual y difícil dejó de acudir a Luby’s y se preguntó qué había sido de él.
Pronto descubrió por qué el cliente habitual había desaparecido sin decir nada. Mientras ojeaba el periódico local, vio a Walter M. «Buck» Swords impreso en letras mayúsculas en la sección de obituarios: Buck había fallecido a la edad de 89 años.
Salazar echó de menos a Walter, a pesar de lo difícil que era, pero pronto recibió la impactante noticia de que Walter la había incluido en su testamento.
El viejo gruñón había dejado 50.000 dólares y su coche a la única persona que había sido tan paciente con él y le había tratado con amabilidad en sus últimos años.
«No podía creerlo. Estoy muy nerviosa. Todavía no me lo creo«, admitió Melina antes de ofrecer algunos consejos a sus compañeros de servicio: «Sólo hay que sonreír y ser amable».
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