Table of Contents
En una reciente entrevista en el Flow Podcast, el ex-presidente brasileño Jair Bolsonaro hizo una inusual comparación al hablar sobre el contexto político actual de Brasil. Según él, el ‘día siguiente’ a un golpe de Estado se asemeja a una pelea con la pareja cuando la suegra está en casa.
Esta analogía, aunque peculiar, refleja la tensión y la incertidumbre que rodean la situación política del país tras las elecciones presidenciales.
La analogía de Bolsonaro
Bolsonaro afirmó que, al igual que en una pelea familiar, donde las tensiones pueden escalar rápidamente, un golpe de Estado también conlleva consecuencias inmediatas y complicadas.
“Tienes que estar muy bien organizado y preparado para el día siguiente”, dijo, sugiriendo que la situación política en Brasil requiere una planificación cuidadosa para evitar conflictos mayores. Esta declaración se produce en un momento en que el ex-presidente enfrenta acusaciones de haber liderado una trama golpista para impedir la toma de posesión de su rival, Lula da Silva.
Las repercusiones legales
La Procuraduría General de la República (PGR) ha señalado que Bolsonaro podría enfrentar serias consecuencias legales si se le encuentra culpable de los cargos en su contra. En caso de ser condenado, podría enfrentar más de 40 años de prisión, lo que aumentaría su inelegibilidad hasta 2030.
Durante la entrevista, Bolsonaro minimizó los ataques del 8 de enero, cuando se produjeron disturbios en las sedes de los Tres Poderes, y se refirió a esos eventos como una “armadilha” (trampa) preparada en su contra.
El contexto de la entrevista
Bolsonaro también expresó su alivio por no haber estado en Brasil durante los disturbios, afirmando que si hubiera estado presente, “estaría en problemas”. A pesar de la gravedad de las acusaciones en su contra, el ex-presidente mostró una actitud desafiante, cuestionando la probabilidad de que se repitieran eventos similares en el futuro. “¿Va a haber un golpe el domingo?”, se preguntó, refiriéndose a una manifestación convocada para el 16 de octubre.
Además, Bolsonaro continuó lanzando acusaciones infundadas sobre las urnas electrónicas y criticó la rapidez de su proceso judicial, comparando su situación con casos anteriores relacionados con el Partido de los Trabajadores (PT). La próxima sesión en el Supremo Tribunal Federal (STF) está programada para el 25 de marzo, donde se decidirá si se le imputarán formalmente los cargos.
