Aventura en el Camino Copalita: trekking y rafting en la naturaleza de Oaxaca

El Camino Copalita es una travesía de aproximadamente 100 kilómetros que combina senderismo y rafting, ofreciendo una experiencia única que abarca cinco ecosistemas diferentes en la región de Oaxaca. Este viaje, que se extiende a lo largo de seis días, comienza en las altas montañas y finaliza en la costa del Pacífico, culminando en la playa de La Bocana. El proyecto, impulsado por nueve comunidades zapotecas, se centra en la conservación del medio ambiente y la educación ambiental.

Desde su creación hace más de catorce años por el biólogo Marco Antonio González, el Camino Copalita ha atraído a visitantes que buscan una conexión más profunda con la naturaleza y las tradiciones locales. Lo interesante de esta experiencia es que los caminantes son considerados colaboradores en lugar de meros turistas, fomentando un intercambio cultural auténtico y una inmersión en la vida comunitaria.

Un viaje lleno de biodiversidad

La aventura comienza en la ciudad de Oaxaca, donde los participantes se preparan para un viaje que les llevará a través de paisajes impresionantes. La primera parada es en San Sebastián Río Hondo, después de un viaje en vehículo de siete horas. Aquí, los trekkers disfrutan de una comida tradicional que incluye carne asada, frijoles y tortillas hechas a mano, todo cocinado en un fogón de leña.

El primer día de caminata abarca 16 kilómetros en un área rica en biodiversidad. Los excursionistas, como Paulina Ascencio y Arturo Sánchez, quedaron maravillados por la increíble variedad de hongos que encontraron. La comida durante el recorrido es otra joya de la experiencia, con platillos como guacamole, mole amarillo y hasta chapulines, que aportan un sabor auténtico a la gastronomía local.

Conexión con la cultura zapoteca

Los nombres de los lugares que se recorren, como Ozolotepec, que significa Colina del Jaguar, están impregnados de significado cultural. Para los zapotecas, el jaguar simboliza la fuerza y la conexión con el inframundo, reflejando la rica herencia cultural de la región. Durante la caminata, los guías locales comparten historias y conocimientos sobre la flora y fauna que los rodea, enriqueciendo la experiencia con su sabiduría.

Desafíos y recompensas en el camino

A medida que avanzan en el recorrido, los participantes enfrentan diversos desafíos, incluyendo cambios climáticos que pueden transformar una simple lluvia en una tormenta intensa. Por ejemplo, después de un largo día de caminata, el grupo llegó a San José Ozolotepec, donde tuvieron que adaptarse y dormir en el patio de una iglesia debido a daños en el campamento causado por un huracán.

El cuarto día trae consigo la oportunidad de explorar un paisaje diferente, atravesando huertos de mango y plantaciones de café. Este trayecto, que normalmente se realiza en unas seis horas, se extendió debido a la lluvia, pero los trekkers encontraron alegría en la naturaleza y en la compañía de sus guías y compañeros de viaje.

Una experiencia culinaria inolvidable

La gastronomía es un aspecto crucial de la travesía. En un lugar conocido como Yuviaga, los viajeros disfrutan de un manantial de aguas cristalinas y una cocina que ofrece un platillo único: huevos envueltos en hojas de hoja santa, que se cocinan en un comal y se sirven con frijoles y salsa. Este tipo de comida no solo satisface el hambre, sino que también conecta a los visitantes con las prácticas culinarias autóctonas.

El cierre del viaje y la llegada a la playa

Finalmente, el último día de caminata lleva a los excursionistas a través de una plantación de café y una jungla exuberante antes de llegar a San Miguel del Puerto, el primer pueblo avistado durante el recorrido. Aquí, la sensación de logro es palpable, y el grupo se da un merecido festín de comida rápida y cerveza para celebrar el final de su odisea.

La aventura culmina con un emocionante descenso por el río Copalita, famoso por su avifauna. Al llegar a la playa de La Bocana, los viajeros se relajan y disfrutan de un merecido festín de mariscos, cerrando así una experiencia que es mucho más que un simple trekking: es un viaje a través de la cultura, la naturaleza y la comunidad zapoteca.