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Una misión inesperadamente larga
La aventura espacial de los astronautas Barry «Butch» Wilmore y Sunita «Suni» Williams comenzó el 5 de junio de 2024, cuando despegaron desde Cabo Cañaveral en la cápsula Starliner de Boeing. Aunque su misión estaba diseñada para durar solo una semana, se convirtió en una experiencia de casi nueve meses en la Estación Espacial Internacional (EEI).
Este cambio inesperado se debió a problemas técnicos que retrasaron su regreso, lo que llevó a la NASA a tomar decisiones cruciales para garantizar la seguridad de los astronautas.
Desafíos técnicos y decisiones críticas
Durante su viaje, la Starliner enfrentó serios inconvenientes, incluyendo fugas de helio y fallos en los propulsores. A pesar de estos contratiempos, lograron acoplarse a la EEI. Sin embargo, la NASA decidió que era demasiado arriesgado que Wilmore y Williams regresaran a la Tierra en la misma nave.
En lugar de eso, se optó por un análisis exhaustivo y se determinó que el regreso sería más seguro a bordo de la cápsula Crew Dragon de SpaceX, programado para 2025.
El esperado regreso a casa
Finalmente, el 18 de marzo de 2025, después de una larga espera, Wilmore y Williams abordaron la cápsula Crew Dragon Freedom para su regreso.
Tras 285 días en el espacio, su amerizaje en el mar cerca de Florida marcó el fin de una misión que, aunque prolongada, fue un testimonio de la resiliencia y el espíritu explorador de la NASA. Este regreso no solo representa un hito personal para los astronautas, sino también un avance significativo en la colaboración entre agencias espaciales y empresas privadas como SpaceX.