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Un nuevo crimen que conmueve a la comunidad indígena
El reciente asesinato de Édgar Tumiñá, un guardia indígena del territorio de Toribío, ha generado una ola de indignación y preocupación en las comunidades indígenas de Colombia. Este trágico suceso, que ocurrió el 3 de marzo de 2025, marca un nuevo capítulo en la historia de violencia que enfrentan los pueblos originarios en el país.
Tumiñá, quien se dedicaba a proteger su territorio y a su comunidad, se convierte en la segunda víctima en menos de un mes, lo que pone de manifiesto la grave situación de inseguridad que viven estas comunidades.
Un contexto de violencia sistemática
La muerte de Édgar Tumiñá no es un hecho aislado. Desde hace años, los guardias indígenas han sido blanco de ataques por parte de grupos armados que buscan desestabilizar la paz en las regiones donde habitan. Este fenómeno ha llevado a un aumento en la violencia y la criminalización de la defensa del territorio.
En 2014, el hermano de Édgar, Manuel Tumiñá, también fue asesinado, lo que refleja un patrón alarmante de violencia familiar y comunitaria. La comunidad indígena de Toribío ha hecho un llamado urgente a las autoridades para que refuercen los puntos de control y se tomen medidas efectivas para garantizar la seguridad de sus miembros.
La respuesta de la comunidad y la necesidad de acción
Ante este panorama, la comunidad indígena ha expresado su desesperación y su exigencia de justicia. A través de redes sociales, se han difundido mensajes de alerta y llamados a la acción, pidiendo a las autoridades que tomen medidas inmediatas para proteger a los guardias indígenas.
La situación es crítica, y la falta de respuesta efectiva por parte del gobierno solo agrava el sentimiento de vulnerabilidad entre los pueblos indígenas. La violencia no solo afecta a las víctimas directas, sino que también tiene un impacto profundo en la cohesión social y la cultura de estas comunidades.
Un futuro incierto para los pueblos indígenas
La muerte de Édgar Tumiñá es un recordatorio doloroso de la lucha constante que enfrentan los pueblos indígenas en Colombia. La violencia sistemática, la falta de protección y la impunidad son desafíos que deben ser abordados de manera urgente. La comunidad internacional también tiene un papel que desempeñar, apoyando a las comunidades indígenas en su búsqueda de justicia y seguridad. La historia de Édgar Tumiñá no debe ser olvidada; su legado debe inspirar un movimiento hacia un futuro más seguro y justo para todos los pueblos indígenas.