En el contexto actual de creciente preocupación por la ciberseguridad, el ministro del Interior de Colombia, Armando Benedetti, ha hecho una revelación alarmante: su celular ha sido intervenido por el software espía Pegasus. Esta situación ha captado la atención del ámbito político y social del país, dada su implicación en la privacidad y la seguridad de los funcionarios.
Benedetti compartió los detalles de este hallazgo en una entrevista con La W Radio. Aclaró que la detección del software no fue resultado de una investigación estatal, sino de un análisis realizado por un especialista privado. Esta decisión se debió, según él, a una falta de confianza en las agencias gubernamentales para investigar su caso.
El descubrimiento del hackeo
El ministro relató que la presencia de Pegasus fue confirmada por un ingeniero privado, a quien contrató para evaluar la seguridad de su dispositivo móvil. Este profesional, descrito por Benedetti como un perito experto, llevó a cabo un análisis exhaustivo de su teléfono, que incluyó la conexión a un software especializado. El proceso comenzó una noche y se extendió hasta la madrugada, donde se obtuvieron pruebas electromagnéticas que respaldan la denuncia del funcionario.
La tecnología detrás de Pegasus
El software Pegasus, desarrollado por la empresa israelí NSO Group, es conocido por su capacidad para infiltrarse en dispositivos móviles de manera sigilosa. Según Benedetti, este programa puede ser activado mediante una simple llamada perdida, lo que permite a los atacantes acceder al micrófono, la cámara y toda la información almacenada en el dispositivo. La complejidad de esta tecnología, que puede costar entre 5 y 10 millones de dólares, limita su uso a gobiernos y entidades con recursos significativos.
Benedetti enfatizó que el uso de Pegasus plantea serias preocupaciones sobre la privacidad, ya que permite a terceros observar y recopilar información de manera encubierta. Esta situación genera interrogantes sobre quién podría estar detrás de esta intervención y si se trata de una acción de un gobierno extranjero.
Confianza y consecuencias personales
En su declaración, el ministro expresó que no se siente completamente seguro al acudir a las agencias estatales para reportar esta situación, lo que refleja una desconfianza hacia las instituciones que deberían protegerlo. Esta falta de credibilidad en el sistema de inteligencia colombiano lo llevó a buscar soluciones fuera de la estructura gubernamental.
La revelación del hackeo ha tenido repercusiones en su vida personal y profesional. Benedetti mencionó que ha notado un cambio en el comportamiento de quienes lo rodean, ya que muchas personas evitan interactuar con él por miedo a ser asociadas con su situación. Esta presión social ha afectado sus relaciones y ha generado un ambiente de incertidumbre en su entorno.
Reflexiones sobre el uso de Pegasus
El ministro también hizo hincapié en el uso controversial de Pegasus en el pasado, sugiriendo que su adquisición se remonta a administraciones anteriores. Recordó que hubo afirmaciones de que el software había sido comprado durante el mandato de Iván Duque, lo que generó un intenso debate sobre la transparencia y el control del uso de estas herramientas de vigilancia. Benedetti subrayó que, aunque el software está diseñado para combatir el crimen organizado, también ha sido utilizado para espiar a opositores políticos y figuras públicas.
La revelación de su hackeo no solo pone en tela de juicio la seguridad de los datos personales de los funcionarios, sino que también resalta la necesidad urgente de abordar la ciberseguridad en el país. En un momento donde la tecnología avanza rápidamente, es crucial que se establezcan medidas efectivas para proteger la información y la privacidad de los ciudadanos, especialmente de aquellos en posiciones de liderazgo.
El caso del ministro Benedetti y el uso de Pegasus sirve como un recordatorio de los desafíos que enfrenta Colombia en términos de seguridad digital. La confianza en las instituciones y la protección de la privacidad son temas fundamentales que deben ser discutidos y abordados para garantizar un entorno más seguro para todos.


