En un panorama político cada vez más enrevesado, la reciente formación de la alianza peronista ‘Fuerza Patria’ en la provincia de Buenos Aires plantea interrogantes sobre su efectividad y cohesión. Con la presión del gobierno de Javier Milei y la inminente convocatoria electoral, los líderes peronistas se ven obligados a buscar una unidad que, sin embargo, podría ser más frágil de lo que parece. ¿Realmente podrán mantenerse unidos ante la creciente amenaza de la derecha unida, o este esfuerzo es solo una reacción ante la adversidad?
Desglose de la situación política actual
El panorama político argentino ha cambiado drásticamente en los últimos meses. La reciente condena de Cristina Fernández de Kirchner ha dejado un vacío significativo en el liderazgo peronista, obligando a figuras clave como Axel Kicillof y Sergio Massa a reconfigurar sus estrategias. Esta alianza, que incluye movimientos tan diversos como La Cámpora y el Frente Renovador, busca consolidar una fuerza capaz de resistir la creciente popularidad de partidos como La Libertad Avanza y PRO. Pero, ¿se trata de una unidad genuina o de un remiendo ante la presión?
Las cifras hablan por sí solas. En las últimas encuestas, el apoyo al peronismo ha disminuido, lo que refleja una posible pérdida de confianza entre los votantes. Esta falta de apoyo se manifiesta en el churn rate de sus bases, un indicador crítico para cualquier movimiento político. Aunque la unión es necesaria, no garantiza un aumento en la LTV (valor del tiempo de vida del cliente) de sus votantes, especialmente si las divisiones internas siguen siendo un tema candente.
Lecciones del pasado: ¿qué pueden aprender los peronistas?
La historia nos ha enseñado que las alianzas políticas pueden ser un arma de doble filo. He visto demasiadas iniciativas políticas fracasar por no lograr establecer un verdadero PMF (product-market fit). En el ámbito de las startups, esto significa entender a fondo las necesidades del cliente; en política, es fundamental comprender y atender las preocupaciones de los votantes. Las divisiones internas, como las que actualmente enfrenta el peronismo, pueden resultar en un burn rate político que consuma rápidamente los recursos y la energía del movimiento.
A medida que se acercan las elecciones, es vital que los líderes peronistas no se enfoquen solo en el corto plazo. La sostenibilidad de esta nueva alianza dependerá de su capacidad para construir un mensaje coherente y atractivo que resuene con los votantes. La historia del peronismo está llena de éxitos y fracasos; aprender de ambos puede ser la clave para evitar errores pasados. Por ejemplo, el caso de la coalición que se formó en torno a Néstor Kirchner, que logró unir diversas facciones bajo una visión compartida, puede servir como referencia.
Reflexiones finales y pasos a seguir
El futuro del peronismo en Buenos Aires dependerá no solo de la capacidad de sus líderes para mantenerse unidos, sino también de su habilidad para conectar con las preocupaciones reales de la ciudadanía. Con la llegada de las elecciones, es fundamental realizar evaluaciones constantes del impacto de sus decisiones en el electorado. La estrategia debería centrarse en construir un LTV sólido que se traduzca en apoyo y no en deserción.
Para quienes están involucrados en la política, al igual que para los emprendedores, la lección es clara: la unidad debe ir acompañada de un propósito claro y un entendimiento profundo de las necesidades de la audiencia. Sin un enfoque sostenible y basado en datos, cualquier esfuerzo de unión corre el riesgo de ser efímero. La historia nos ha demostrado que, tanto en política como en negocios, el éxito no es solo cuestión de alianzas, sino de adaptabilidad y conexión auténtica con la base.