Análisis completo del recorrido del peso mexicano: tendencias y perspectivas

Mi primer encuentro con el peso mexicano ocurrió semanas antes de mi llegada a México en enero de 1996, donde iba a pasar un semestre estudiando en la vibrante ciudad de Guadalajara. En un corto período, el peso sufrió una devaluación significativa, cayendo de 3 a 6 por dólar. Este cambio drástico significó que, para quienes teníamos dólares estadounidenses, el costo de vida se redujo prácticamente a la mitad de la noche a la mañana. A pesar de ser un estudiante universitario con poco dinero, me sorprendieron los precios increíblemente bajos; el pasaje en autobús a la universidad costaba apenas 3 centavos y un viaje en metro me costaba alrededor de 7 centavos. Incluso la comida rápida era una ganga; una comida de hamburguesa en McDonald’s, cariñosamente llamada “Golazo”, tenía un precio de solo 2.99 pesos, es decir, aproximadamente 50 centavos. Pronto se convirtió en mi comida habitual.

Lecciones sobre la dinámica de la moneda

Durante ese semestre, me sumergí en el mundo del cambio de divisas y desde entonces he seguido de cerca el valor del peso frente al dólar. Aunque predecir movimientos de divisas a corto plazo a menudo se considera una tarea arriesgada, la trayectoria del peso en los últimos veinticinco años ha mostrado un nivel de consistencia. Desde el colapso económico a finales de 1995 hasta el inicio de la pandemia de COVID-19 a principios de 2020, la depreciación anual promedio del peso se situó en torno al 10%. Algunos años presentaron caídas más pronunciadas, mientras que otros mostraron pérdidas moderadas, pero la tendencia general fue clara: si contabas con dólares, tu poder adquisitivo en México probablemente aumentaría a medida que avanzara el año.

Indicadores económicos y sus implicaciones

Junto a la depreciación del peso, también se observaron tendencias en la inflación y las tasas de interés. Generalmente, estas tasas eran más altas en México en comparación con Estados Unidos, mientras que el crecimiento del PIB del país a menudo se quedaba atrás. Esto generaba una expectativa confiable de que el peso seguiría perdiendo valor anualmente. De hecho, el trayecto del peso a lo largo de los años reflejó esta expectativa, deteriorándose de 6 a más de 20 pesos por dólar. Cuando surgió la pandemia, el panorama financiero cambió de manera predecible, con un aumento en la demanda de divisas refugio como el dólar, lo que resultó en que el peso se devaluara a 25. Sin embargo, pronto siguió un giro inesperado.

Resiliencia inesperada en medio de la incertidumbre

En un giro sorprendente, el peso comenzó a fortalecerse frente al dólar, desafiando las previsiones de muchos expertos financieros. Esta resiliencia marcó un cambio significativo en el comportamiento de la moneda, llevando a un período de imprevisibilidad. Los últimos cinco años han sido particularmente tumultuosos, caracterizados por una serie de predicciones erróneas sobre el futuro del peso. Como resultado, el podcast de esta semana se adentra en las complejidades del peso, explorando movimientos pasados, las razones detrás de los errores de cálculo y posibles escenarios futuros.

Mirando hacia adelante: ¿Qué nos depara el futuro?

Al analizar las tendencias recientes, es esencial considerar las implicaciones más amplias de estos cambios. El trayecto del peso no solo refleja la salud económica de México, sino que también es un espejo de la dinámica económica global. Comprender estos patrones puede ofrecer valiosos conocimientos sobre futuros movimientos de divisas y estrategias de inversión. Aún está por verse cómo navegará el peso los cambios que se están produciendo en la economía global, pero una cosa es segura: su historia está lejos de haber terminado.