Desde que Javier Milei asumió la presidencia en diciembre de, su administración ha implementado una serie de recortes drásticos en el gasto público. Estos ajustes han reducido aproximadamente 50 billones de pesos, equivalentes a cerca de 8 mil millones de dólares. El Instituto Argentino de Análisis Fiscal (IARAF) respalda esta información, indicando que el gasto primario se ha reducido en un 27.2%, pasando de 185 billones a 134 billones de pesos en dos años.
La promesa de Milei de realizar ajustes significativos en la economía fue un pilar de su campaña electoral. A pesar de las críticas y la resistencia, el presidente reafirmó su compromiso de continuar esta línea de acción, independientemente del resultado de su proyecto de presupuesto para 2026, que actualmente se encuentra en debate en el Congreso.
Impacto de los recortes en el gasto público
Los recortes más significativos se han observado en las transferencias de fondos del gobierno nacional a los gobernadores provinciales, que han disminuido en un 93.8%. Este ajuste sin precedentes ha generado preocupación entre los líderes provinciales y ha llevado a una reducción considerable en la inversión directa, que se ha visto disminuida en un 73.5%.
Además, los subsidios han disminuido en un 83.9%, y el gasto en salarios ha caído un 26%. En contraste, el programa de salud para jubilados, conocido como PAMI, ha mantenido sus niveles de gasto, y el beneficio universal por hijo (AUH) ha aumentado en un 70% en términos reales, lo que lo convierte en una de las pocas áreas con incremento en el presupuesto.
Reacciones y consecuencias
La implementación de estos recortes ha suscitado un debate acalorado en el Congreso. A pesar del avance del proyecto de presupuesto en la Cámara de Diputados, se rechazaron intentos de derogar leyes que otorgan financiamiento a universidades y protecciones para personas con discapacidades. La falta de apoyo para estas iniciativas ha dejado a algunos sectores de la sociedad preocupados por el futuro de la educación y la asistencia social en Argentina.
En una reciente declaración, Milei afirmó que, si el presupuesto no cumplía con sus estrictas metas fiscales, no dudaría en vetarlo. Su enfoque es claro: “redistribuir el gasto para alcanzar un déficit cero”, lo que implica que podrían seguir implementándose recortes adicionales.
Proyecciones económicas y desafíos
A medida que el gobierno avanza con su presupuesto, algunos economistas han expresado su preocupación por las proyecciones optimistas incluidas en el plan. Por ejemplo, se anticipa una inflación anual del 10.4% y un crecimiento económico del 5% para el año 2026. Estas expectativas han sido recibidas con escepticismo, dada la situación económica actual del país.
El presupuesto también estipula que el Tesoro Nacional no podrá financiarse a través del Banco Central, lo que podría traer consecuencias imprevistas para la economía. La previsión de un aumento en las exportaciones de 10.6% y un crecimiento en las importaciones de 11.1% añade un nivel extra de incertidumbre a la situación económica de Argentina.
El futuro de la política fiscal en Argentina
La administración de Javier Milei ha tomado decisiones audaces y controvertidas en un esfuerzo por reducir el gasto público y lograr un equilibrio fiscal. Sin embargo, el impacto de estos recortes en la sociedad, especialmente en los sectores más vulnerables, sigue siendo un tema de intenso debate. A medida que se debate el presupuesto de 2026 en el Senado, será crucial observar cómo estas decisiones afectarán el panorama económico y social del país en el futuro.



